Órganos victorianos en España: crónica de dos experiencias

Hace pocos días tuve la oportunidad disfrutar del órgano Bevington & Sons (1862) de la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife. Dado que yo habitualmente toco un órgano inglés victoriano (John Hele & Co., 1878, parroquia de El Salvador de Pamplona), la experiencia me resultó especialmente interesante por cuanto pude comparar dos ejemplares de esta escuela muy similares en tamaño y estructura sonora.

Antes de que esta parroquia pamplonesa en la que ejerzo de organista recibiese en donación el órgano John Hele & Co., el mundo de la organería inglesa no dejaba de resultarme un tanto lejano. Más allá de los pequeños órganos dieciochescos para escuchar obras de Stanley o Haendel, mis referencias principales eran esos grandes órganos catedralicios en los que tuberías procedentes de épocas sucesivas se empastan admirablemente para producir un caudal de sonidos redondos e infinitos en su gradación dinámica, integrados en todo ese mundo estético inconfundiblemente inglés asociado a ambientes góticos, coros de impecable afinación y solemnidad ritual anglicana.

A raíz de la llegada del órgano Hele & Co. a la parroquia de El Salvador de Pamplona, me vi en la necesidad de acercame algo más a este mundo organístico con el fin de conocer mejor el instrumento que tenía bajo mis dedos.

El nacimiento del órgano victoriano

El tipo de órgano inglés victoriano, al que se adscriben tanto el Bevington de La Concepción de Santa Cruz de Tenerife como el Hele de El Salvador de Pamplona, es en gran medida el resultado de la influencia alemana sobre la organería inglesa. Hasta la década de 1840, aproximadamente, seguía vigente el modelo de órgano clásico inglés. Se trataba de instrumentos de tamaño más bien reducido, que carecían de teclado de pedales propiamente dicho y se caracterizaban por una sonoridad dulce. El teclado manual principal solía prolongarse hacia el grave bastante más allá de lo habitual en el continente. La estructura sonora se basaba en los registros de principal y bordón de 8, 4 y 2, sin mixturas, y con ciertos registros de lengüeta como la trompeta y la cremona.

Poco antes de mediar el siglo XIX coinciden en Inglaterra diversos fenómenos. Por una parte, la Revolución Industrial encuentra en el órgano un campo prometedor para la experimentación y la mejora tecnológica. Por otra parte, desde mediados de siglo aumenta el interés por la música antigua, y en especial por la de J. S. Bach. Los viajes de Mendelssohn a Inglaterra causaron sensación por la elegancia de su modo de tocar, y también por la destreza con el pedal que pudo mostrar a duras penas en los escasos y limitados pedaleros existentes entonces en el país.

Finalmente, por causa de la Revolución Industrial emerge una clase social dotada de dinero y medios técnicos para viajar fácilmente por el continente, lo cual facilita un mayor conocimiento de las principales escuelas organeras. Tal fue el caso del organista Henry John Gauntlett (1805-1876), quien colaboró junto a William Hill (1789-1870) en la aplicación de las nuevas ideas en la organería inglesa. En general, los ingleses admiraban los grandes órganos europeos por la grandeza y utilidad su planteamiento constructivo, pero continuaban prefiriendo la dulzura y elegancia de la sonoridad inglesa. En consecuencia, se plantearon el reto de aunar las virtudes de ambas concepciones.

En 1848 William Hill construyó, con la colaboración de Gauntlett, el órgano de la iglesia de St. Mary at Hill, en Londres, que encarna la apertura de una nueva etapa en la organería inglesa, aplicando lo que llamaban el "sistema alemán": se elimina la región grave "extra" del teclado manual, y los nuevos teclados empiezan en el Do1, como en el continente. Otro rasgo decisivamente innovador fue la instalación de un teclado de pedal propiamente dicho, de dos octavas.

Hill introdujo en este órgano diversas mixturas para enriquecer tímbricamente los sonidos fundamentales. Hasta entonces, cuando los organeros ingleses habían intentado aumentar la presencia sonora de sus instrumentos, habían recurrido a la multiplicación al unísono de principales y bordones de 8', con resultados no satisfactorios. El órgano de St. Mary at Hill optó por la vía continental germánica, y constaba inicialmente de dos teclados manuales concebidos alrededor de sendos choruses o pirámides de principales de 8, 4, 2 y mixturas.

El influyente Gauntlett propugnaba dos tipos diferentes de órgano: el harmonic organ y el concerto organ.

El harmonic organ se concebía sonoramente alrededor de los choruses o llenos de principales. Venía a ser la aplicación más literal del modelo clásico continental, sobre todo germánico.

Por su parte, el concerto organ se orientaba más al colorido tímbrico y a la imitación de sonidos de la orquesta. De este segundo tipo de órgano se derivarán tanto los grandes órganos de concierto del mundo anglosajón como el cinema organ, dotado de las más variopintas sonoridades.

En la segunda mitad del s. XIX, por influencia de la pujante organería continental, los organeros ingleses multiplicaron muchísimo la variedad de registros, y con ello el colorido tímbrico. De ello se beneficiaron los órganos de iglesia concebidos según el modelo del harmonic organ, recibiendo flautas, gambas y lengüetas de diversos tipos.

Los órganos victorianos de La Concepción de Santa Cruz de Tenerife y El Salvador de Pamplona

Ambos instrumentos están concebidos conforme al modelo del harmonic organ, esto es, alrededor de sendos llenos de principales en los teclados Great (Órgano Mayor) y Swell (Expresivo). Comparten además otros rasgos típicos de los órganos victorianos de tamaño medio-pequeño.

El único registro de 16' manual lo tienen en el teclado expresivo o Swell, que junto con el chorus de mixturas y el cornopean (trompeta inglesa de pabellón ancho) forman la genuina sonoridad inglesa del Full Swell.

El pedal es parco en dotación de registros: un solo registro de 16' en La Concepción y dos (uno abierto y otro tapado) en El Salvador. En ambos instrumentos es de destacar la excelente armonización de estos juegos de pedal. Poseen una precisión en el tono que no se encuentra fácilmente en juegos de este tipo. El Bordón 16 de El Salvador tiene la rara virtud de sostener con la misma proporcionalidad y eficacia tanto al fuerte general del órgano como al suavísimo registro de dulciana con la expresión cerrada.

Pedales mecánicos en ambos teclados para combinaciones fijas de registros, de similar planteamiento en ambos casos: suave (varios registros de 8', incluyendo la Cremona o clarinete en La Concepción), mezzo-forte (fondos de 8 y 4) y forte (fondos, mixturas y lengüetas).

Los enganches de teclados no se accionan con pedales, sino con tiradores.

Órgano Bevington & Sons de la parroquia matriz de Nuestra Señora de la  Concepción de Santa Cruz de Tenerife.

Consola de ventana, con los tiradores de los registros dispuestos en filas verticales a ambos lados del teclado. A cada lado están los registros de un teclado. En La Concepción, a la izquierda los del Great y a la derecha los del Swell. En El Salvador, al revés.

El pedal de expresión es de báscula en ambos casos. En el caso de El Salvador es claro que se trata de una reforma datable en la década de 1960. Queda todavía la señal en el lugar donde estuvo el primitivo lever pedal, el dispositivo lateral para accionar con el pie derecho, análogo al pedal à cuillère que el propio Cavaillé Coll adoptó durante décadas. Desconozco si en La Concepción el pedal de báscula es original (cosa no habitual en 1862), o si se data de una reforma posterior. En este segundo caso, habría sido efectuada con gran pericia. No así en el caso de El Salvador, donde la introducción del pedal de báscula obligó a un replanteamiento un tanto precario del varillaje del pedal. Como nota curiosa, el pedal de expresión de La Concepción funciona al revés de lo habitual: se cierra al presionar con la punta del pie y se abre al presionar con el talón.

En ambos casos los registros de 16' del pedal son de transmisión neumática. En el caso de El Salvador esto es así desde una intervención posterior, documentada en 1924. Desconozco el caso de La Concepción, máxime dado que no pude acceder al interior del instrumento, por estar impedido el acceso debido a las obras acometidas recientemente en el templo.

La alimentación del aire se efectúa mediante un gran fuelle único de planta cuadrada.

Tímbricamente, ambos instrumentos comparten el característico sonido inglés de la familia de los principales, así como la calidad de sus mixturas, que consiguen una limpia presencia con pocas hileras de tubos, gracias a una armonización eficaz.

Es interesante este aspecto de la armonización. Si la disyuntiva histórica continental suele gravitar en torno a las opciones básicas de pie abierto con presión de viento baja (órgano clásico) y pie cerrado con presión de viento alta (órgano romántico), el órgano victoriano toma un camino intermedio. En El Salvador la presión es algo más baja respecto a lo habitual en los órganos románticos (algo menos de 80mm), los pies de los tubos están bastante abiertos y las luces de las bocas son muy grandes. Esto redunda en un enorme consumo de aire, que explica entre otras cosas el gran tamaño de los canales en los secretos. A esto se añade que los tubos tienen muchos dientes, profundos y regulares. Como he comentado antes, la alimentación se hace al modo clásico, con un único fuelle depósito de gran tamaño. El resultado de todo ello es una combinación de la estética sonora romántica con la viveza del viento propia del órgano clásico, lo que permite abordar ambos repertorios con un más que aceptable grado de adecuación sonora.

El órgano Bevington de La Concepción se muestra, debido a su fecha de construcción, algo más cercano a lo barroco-clásico. Sus mixturas son muy vivas y brillantes. Especialmente la sesquiáltera, que aporta una gran potencia, concisión y redondez al lleno del Great. Las gambas en La Concepción poseen una sonoridad más clásica que las de El Salvador, inequívocamente románticas.

La típica flauta inglesa de 8 del Great (llamada Claribel en La Concepción y Flauto Traverso en El Salvador) es, en ambos casos, tapada en la zona grave y abierta desde el do3 hacia el agudo. En La Concepción la zona aguda-abierta es más parecida en timbre y potencia a la grave-tapada. Por contra, en El Salvador forma casi un registro partido, por cuanto la zona aguda-abierta exhibe notable potencia y personalidad, contrastando con la sonoridad de bordón de la zona grave-tapada. Debido a esto, la Claribel de La Concepción puede emplearse como registro de acompañamiento con más facilidad que la Flauto Traverso de El Salvador, en la que su carácter solista es difícilmente difuminable.

Donde más diferencia hay es en los respectivos teclados Swell. El de La Concepción carece de octava grave propia. Las teclas de la primera octava están acopladas permanentemente a al primera octava del Great, y los registros propios comienzan a sonar a partir del do2. Sonoramente representa de modo más puro el modelo clásico del harmonic organ: bordones de 16 y 8; principales de 8, 4 y 2; mixtura y cornopean.

Por su parte, el Swell El de El Salvador denota su cronología posterior por su mayor romanticismo. De extensión completa (desde el do1), a la misma estructura básica presente en el Swell de La Concepción se añaden unas bellísimas gambas (Dulciana y Voix Coelestis) que confirman el reconocido prestigio de John Hele en la elaboración de esta familia de registros.

El Hele de El Salvador presenta una característica sonora frecuente en el órgano inglés: la premeditada suavidad de los graves. Todos los registros disminuyen claramente su potencia en la zona grave, especialmente en la primera octava. En los registros de lengüeta esto se logra incorporando fieltros. Los órganos ingleses más tardíos lleva en ocasiones esta pecularidad al extremo, de modo que incluso en el gran fuerte del órgano la zona grave del pedal es muy dulce y discreta.

Por contra, el Bevington de La Concepción es más "polifónico" en esto. Los graves son firmes y poderosos, manifestando una vinculación con las prácticas continentales que, al parecer, fue atenuándose en las décadas posteriores.

Órgano Bevington & Sons de la parroquia matriz de Nuestra Señora de la  Concepción de Santa Cruz de Tenerife.
Órgano Bevington & Sons de la parroquia matriz de Nuestra Señora de la  Concepción de Santa Cruz de Tenerife.

Otra diferencia notable, sobre todo para el organista, es el del pedalero. En El Salvador es de 30 notas (do1-fa3), cóncavo y radial, y está bastante metido debajo de los teclados, de modo que para el organista no siempre es fácil lanzar la mirada hacia los pies. Todo ello conforma una particularidad inglesa que se acentuará en las décadas posteriores, como se puede comprobar a día de hoy en tantas consolas anglosajonas.

También en esto el Bevington de La Concepción se adhiere a una práctica más temprana. El pedalero es de tan sólo dos octavas (do1-do3), plano y paralelo, y está más bien situado hacia afuera respecto a los teclados, tal y como es frecuente en no pocas consolas continentales del s. XIX, y aún en algunas del primer tercio del s. XX.

En resumen, estamos ante dos instrumentos de la misma escuela en los que apenas 16 años de diferencia bastaron para consolidar ciertas diferencias constructivas y sonoras. El Bevington de La Concepción (1862) aparece como más claro, polifónico y clásico en su concepción sonora. El Hele de El Salvador (1878) se muestra más romántico por la dulzura y redondez de su armonización, y algo más alejado de los modelos continentales, en cuanto etapa posterior dentro del camino de la organería romántica inglesa por crear un tipo de instrumento propio.